“¿Pero tú has visto cómo la rompe? ¿De dónde ha salido ese brazo?”. Cañonazo tras cañonazo. Así, una y otra vez. Pega y pega Jack Draper, y a no pocos les viene el recuerdo de aquel madrileño, también zurdo, como el inglés, que llegaba al torneo en un Lamborghini anaranjado y acostumbraba a reventar la pelota con una dosis extra de fuerza sobre los demás. Fernando Verdasco nunca consiguió sortear la barrera de las semifinales en la Caja Mágica, pero sí lo hace ahora el británico, el chico que conduce un Polo y que todo lo castiga. Lo sufre esta vez el italiano Matteo Arnaldi, apeado a consecuencia del 6-0 y 6-4 definitivo. Embestida de inicio, control después. Y a semifinales. Esto es, cae Novak Djokovic un puesto y él, en auge, ya figura entre los cinco mejores, el quinto.Ahí hay jugador, se dice que de los buenos. Crece y crece. Coronado en marzo en Indian Wells, está a dos peldaños de hacerlo en la capital española, testigo directo estos días de la evolución. Atrás queda esa etapa en la que el físico no le permitía despegar. “Cuando llegué al circuito estaba subiendo en la clasificación, pero después sufrí unas cuantas derrotas muy ajustadas. Intentaba encontrar mi modelo como jugador, y creo que hacia finales del año pasado empecé a conseguir lo que intentaba hacer. Cada vez soy más fuerte física y mentalmente, y todo eso se nota en el juego”, expone serio ante los periodistas.Más informaciónLe deslizan el nombre de Nadal, pero hoy por hoy su molde parece más similar al de Verdasco, cuyos tiros portaban en su día una carga de potencia superior a la del mallorquín. De muy poquito, Draper extrae mucho. En todo caso, entre ellos hay un nexo, al ser los dos únicos zurdos que han ascendido hasta el top-5 del circuito en este siglo. También la mentalidad. “Necesitaba ser constante, confiar en el trabajo que estaba haciendo y saber que haciendo las cosas bien día tras día, preparándome lo mejor posible, eso me ayudaría a ser más regular”, prosigue, sin que se haya certificado todavía su próximo rival. Será Lorenzo Musetti, freno de Gabriel Diallo (6-4 y 6-3).Ambos se cruzarán este viernes (no antes de las 20.00, Teledeporte y Movistar+), después de hayan chocado Casper Ruud y Francisco Cerúndolo en el primer turno (16.00). Progresa el argentino —el latinoamericano mejor posicionado en el ranking, virtualmente el 18º; los mismos triunfos (24) que Carlos Alcaraz esta temporada— e intenta levantar cabeza el nórdico, al que le preguntan y se abre tras haber vencido a Daniil Medvedev (6-3 y 7-5). Han sido malos tiempos, admite. “He tenido algunos problemas de salud mental este año”, cuenta, “pero busqué ayuda profesional y eso me ha ayudado mucho. He notado una gran mejoría, me va muy bien tener a alguien con el que hablar sobre mis sentimientos”.Ruud sirve durante el partido contra Medvedev.INMA FLORESY profundiza: “He sido sincero conmigo mismo y vuelvo a sentirme bien. El tenis no es fácil y llegó un momento en el que me sentía sobrepasado. Me sentía como un hámster en la rueda; daba muchos pasos, pero no avanzaba nada. El calendario actual hace imposible que podamos parar. Ahora he vuelto a la rueda, pero con una mentalidad diferente”. Se suma el propio Draper: “Mentalmente es muy complicado dar el cien por cien cada día. También tenemos una vida fuera de la pista, y pasan cosas. No somos robots”. Y Cerúndolo comparte, pero atenúa tras batir a Jakub Mensik por 3-6, 7-6(5) y 6-2: “No, no me siento un esclavo, ni de cerca… Hay que dedicarle muchísimas horas y esfuerzo, pero es nuestra elección. En la vida no todo es de color de rosa”.El burnout, la quemazón generalizada, un tema recurrente también en el tenis. Habla el argentino de ajustar la balanza, de pasiones y equilibrios, y el que poco a poco va dando con la tecla es Musetti, otra vez pletórico, de nuevo despidiendo pelotazos deliciosos por la noche. El de Carrara seduce a Madrid con su tenis de postín, siempre elegante y cada vez más certero. Se redimensiona también él. En Montecarlo, una desgracia muscular le impidió competirle más la final a Carlos Alcaraz, después de haberle arrebatado al murciano el primer set, y su buen hacer en este primer tercio del año le ha situado en el octavo peldaño mundial. Nunca había saboreado el top-10.

Mutua Madrid Open: Draper, un inglés ‘verdasquiano’ que la rompe una y otra vez | Tenis | Deportes
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