Hace un par de años, repasar y repensar a Bruce Willis por su 70º cumpleaños sería tomar su amplia lista de películas y series —casi 150, algunas buenas, otras malas, muchas regulares— y recordar cómo fue su dilatada y astronómica carrera. Desde el éxito de Luz de luna, allá por 1985, hasta tener Razzies (los Oscar, pero para premiar a lo malo) bajo su nombre; desde ser secundario de lujo en Pulp Fiction hasta subirse a las tablas del teatro. Sin embargo, hoy en día se impone una realidad de poco relumbrón y con los pies más en la tierra. Desde hace tres años, Willis sufre afasia; desde hace dos, demencia frontotemporal, sin cura. Por ello, está retirado de las pantallas y de la vida pública en general. Su vida, muy lejos de alfombras rojas y focos, pasa por otros lujos no menos importantes: el cuidado de su familia, de sus hijas, su exposa, Demi Moore, y sobre todo su actual mujer, Emma Heming.Este 19 de marzo, Willis, nacido en Alemania fruto de un clásico amor de posguerra, el de una mujer alemana con un soldado estadounidense, llega a los 70 con celebraciones caseras, sencillas. Así es su vida desde que la enfermedad le alcanzó como a cualquier otro. Sus últimas fotos de paparazis datan de septiembre de 2024. Son ya las de un hombre que no es él: como copiloto en un coche, vestido con ropa deportiva, con la mirada perdida. Su esposa, que ya hace año y medio reconoció que no sabe si él es consciente de lo que sucede o no, llegó a pedir a los paparazis que no le persiguieran, ni le gritaran, porque él no entendía lo que ocurría y le ponían en peligro. Ella misma le retrató este enero, saludando a policías, en vídeos muy cortos, donde es imposible saber cómo está. El héroe de La jungla de cristal ya no es el mismo, pero ahora da visibilidad a otro tipo de héroes y heroínas: los que cuidan al otro.Más informaciónEmma Heming, la esposa de Willis desde hace ya 16 años, también ha vivido su propio proceso de reconversión. Ha pasado de ser una modelo que desfilaba para las mejores casas de París a la cuidadora de un hombre que necesita de atención constante. Sabe que su fortuna y su posición mediática les otorgan un privilegio del que muchos no gozan, pero precisamente por ello también son observados, para bien o para mal. Ella trata de aprovechar el altavoz todo lo que puede. De ahí que haya anunciado que este 2025 lanzará un libro, una guía acerca de cómo cuidar a personas dependientes.Bruce Willis y Emma Heming, en Los Ángeles, California, en julio de 2018.Variety (Getty Images)Durante estos dos años del diagnóstico de demencia, Heming Willis ha aprendido a posicionarse como cuidadora, pero también como portavoz familiar y como una voz reconocida de la dependencia en Estados Unidos. Cada final de septiembre, cuando se celebra la semana mundial de concienciación de la demencia frontotemporal, habla con sinceridad sobre cómo esta ha entrado en su familia, y charla con afectados, expertos, terapeutas y cuidadores para poner en el mapa la enfermedad de su esposo. Durante el resto del año participa en paneles, podcasts y ponencias para generar conversación. La pasada primavera incluso acudió al capitolio del Estado de Nueva York para promover un registro de diagnósticos clínicos de la enfermedad, para ayudar a la investigación en tratamientos y a la creación de nuevas políticas, algo que también le exige al Estado de California, donde residen. Hace pocos días, con la muerte de Gene Hackman (afectado de Alzhéimer) y de su esposa y cuidadora, Betsy Arakawa, Heming Willis lanzó un alegato: “Hay algo de aprendizaje en esta historia, en estas trágicas muertes”, afirmaba. “Me hace pensar en algo más amplio, y es que los cuidadores también necesitan cuidados, y que son vitales […] Se suele dar por hecho que lo tienen todo pensado, cubierto, pero no lo suscribo. Creo que debemos estar ahí para ellos, para que ellos puedan estar para esa persona”.Son siete las mujeres que dan soporte vital a Bruce Willis. Siete fueron las que, hace tres años, firmaron el comunicado en el que anunciaban que el diagnóstico de afasia suponía el final de su carrera, y siete son las que le siguen apoyando. Heming es la principal, pero está acompañada en buena medida por Demi Moore, que es a su vez madre de las tres hijas, ya adultas, de Willis, que también están pendientes de su padre. En los últimos meses, Moore ha estado volcada en la promoción de su película La sustancia y en su imparable carrera en los premios de la industria del cine, ganando incluso el Globo de Oro, pero no olvida al que fue su más mediático esposo. Le dedica fotografías y frases de cariño en sus redes sociales, y tras publicar sus crudas memorias en 2019 ya afirmó que su relación era más sana y más sólida que cuando estuvieron casados, entre finales de 1987 (apenas cuatro meses después de conocerse, cuando ella estaba prometida con Emilio Estévez) y verano de 1998.Un año después de la boda llegó su primera hija, Rumer; en 1991, Scout; y en 1994, Tallulah. Las tres son también grandes aliadas de Heming y de su padre. Por ejemplo, la pequeña contó hace un par de años en una tribuna en Vogue cómo le costó entender el declive cognitivo de su padre, pensando que este “había perdido interés” en ella por su nueva familia, y que también hubo una parte de “negación” en ella: “La verdad es que yo estaba demasiado enferma para manejarlo”, contaba. “Mientras estaba envuelta en mi dismorfia corporal, haciendo alarde de ella en Instagram, mi padre luchaba en silencio. Se estaban realizando todo tipo de pruebas cognitivas, pero aún no teníamos un diagnóstico”. Tallulah Willis pasó por depresión, anorexia y TDAH, así como, igual que sus hermanas, por problemas de adicciones.Es Tallulah la que más habla sobre su padre. A finales de 2023 contó que seguía siendo “él mismo”: “Y, en este sentido, he aprendido que es lo mejor que se puede pedir”, reconoció. “Veo amor cuando estoy con él, y es mi padre y él me ama, lo cual es realmente especial”. Las tres hermanas mantienen una estrecha relación con sus dos hermanastras: las hijas de Willis y Heming, Mabel, a punto de cumplir 13 años, y Evelyn, de 10. Como contó Heming en una entrevista con E! News, las dos chicas son el motivo que le hacen salir de la cama cada día. Las niñas, pese a su corta edad, son lógicamente conscientes de lo que le pasa su padre. “Hace no mucho, Mabel miró a mi mesilla de noche y dijo: Mamá, quizá deberías intentar leer otros libros que no fueran de demencia, para cambiar”, contaba Heming a su casi millón de seguidores en Instagram. Quizá el propio Willis esté perdido en el océano de su memoria, pero quienes le acompañan tienen muy claro que no le van a dejar caer.

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