No es fácil ser hijo de uno de los matrimonios que más titulares y páginas de papel couché ha protagonizado las últimas cinco décadas. Y si no, que se lo digan a Enrique Iglesias, el tercer y último vástago nacido del matrimonio que Julio Iglesias e Isabel Preysler mantuvieron durante siete años. Este 8 de mayo el cantante cumple 50 años, y lo hace confirmando que su vida nada tiene que ver con la de sus padres, o con la que vivió en su infancia: desde hace unos años ha elegido un camino alejado de los focos, en el que su intimidad y la de su familia es su mayor prioridad.El cantante, nombrado en 2020 como el artista latino más grande de la historia según los Premios Billboard, protagonizó su primera portada de revista (Semana) con apenas unos días de vida: sería su presentación oficial al mundo y la primera portada de otras tantas. Pese a aparecer constantemente en reportajes durante su niñez y adolescencia, Enrique siempre mostró ser un niño tímido al que no le gustaban demasiados los focos. Algo que confirmó cuando empezó a tener poder de decisión. Más informaciónLa vida de los tres hijos del matrimonio no tardaría en cambiar. El 22 de julio de 1978 el cantante y la socialité se convirtieron en la primera pareja de famosos de España que difundía en un comunicado la noticia de su divorcio. Lo hicieron a través de la revista ¡Hola!, su cabecera de confianza. “El supremo interés por nuestros hijos nos obliga a resolver de una forma amistosa y legal nuestra situación personal”, afirmaba el escrito. En ese momento, el intérprete de La vida sigue igual decidió trasladarse a Estados Unidos para instalarse definitivamente en Miami, acordando que los niños se quedasen en Madrid con Preysler. Tres años después, en 1981, el secuestro por parte de ETA de su abuelo, el doctor Iglesias Puga, obligó a la familia a cambiar los planes: decidieron alejar a los niños de Madrid y les enviaron a vivir a Miami. Julio Iglesias e Isabel Preysler en la comunión de Enrique Iglesias, en 1984.Bettmann (Bettmann Archive)En la ciudad estadounidense, los tres vástagos del exmatrimonio fueron criados por Elvira Olivares, conocida como La Seño, la institutriz que se encargó de su educación cuando Julio Iglesias estaba de gira. “Fue la mujer que me crio. Me cuida desde que tengo dos años. Vive una parte del año en España y la otra mitad conmigo en Miami. Ella fue la que me aguantó, ahora me toca a mí cuidarla”, afirmó Enrique Iglesias en una entrevista con Elle en 2014. De hecho, fue ella la persona gracias a la que comenzó en la industria musical: le dio los 500 dólares que necesitaba para grabar una primera maqueta sin ayuda de su padre. “¿Qué haces? ¿Estás loco? ¿Por qué has hecho esto sin decirme nada?“, fue la respuesta de su progenitor cuando se enteró de que había enviado las primeras maquetas con sus canciones, bajo el seudónimo de Enrique Martínez, indicando que era de nacionalidad guatemalteca para ocultar aún más su identidad. ”Era un niño muy rebelde, no era bueno en la escuela, quería separar mi música totalmente de mi familia. Sentía en lo profundo de mi ser que, si la compartía, aunque tenía muchas ganas de hacerlo, simplemente no sucedería”, reveló en una entrevista al programa At Home With de Apple Music en 2021. Enrique Iglesias, el disco debut publicado en 1995 y que incluía éxitos como Experiencia religiosa o Si tú te vas, vendió un millón de unidades en tres meses. Se confirmaba: había nacido una estrella. Un salto a la fama que no gustó a su progenitor, que mostró su rechazo a la aspiración de su hijo de convertirse en cantante. Pero este no tardaría en demostrarle que estaba equivocado: en 1997 Enrique se hizo con su primer Grammy, a mejor artista de pop latino. En el momento en el que empezó a ser conocido por sí mismo, entendió que debía separar su faceta personal —sobre todo la familiar— de la profesional. El niño que protagonizó constantes portadas de revista (por su comunión, celebraciones, eventos o simples vacaciones) pasó a llevar una vida discretísima que manejaba a su antojo, sabiendo que cualquier paso que daba era motivo de titular y de especulaciones. Enrique Iglesias en los premios Grammy celebrados en 1997. Ron Galella (Ron Galella Collection via Getty Images)Concede escasas entrevistas, huye de las cámaras y su vida privada está blindada. Son pocos los detalles que se conocen de él, solo se deja ver encima de un escenario y su cuenta de Instagram —donde acumula 18,7 millones de seguidores— es el único escaparate que muestra al público mientras continúa con su lujosa vida en Miami.Nunca confirmó que mantuviese una relación con Anna Kournikova, su pareja desde 2001, madre de sus tres hijos y con quien aún no se sabe si se ha casado o no. Se conocieron durante el rodaje del videoclip de Escape y, desde entonces, se volvieron inseparables. Los rumores de crisis han sido constantes, en parte por el secretismo con el que han manejado su noviazgo de cara a los medios. Una relación que comenzó al mismo tiempo que la de artista con su padre se deterioraba. Como él mismo confesó en una rueda de prensa en Madrid en 2010, en esa última década solo se vieron en dos ocasiones. “Nuestra relación es muy difícil de explicar, porque cualquier persona que la analice desde fuera podría imaginarse que no nos llevamos bien, porque nunca nos ha visto juntos y porque nunca ha venido a un concierto mío”, afirmó en una entrevista en 2007. Julio Iglesias sigue sin haber ido a un concierto de su hijo, y Enrique dice haber asistido a alguno de su padre cuando era niño. Anna Kournikova y Enrique Iglesias en 2006.Ralph Notaro (Getty Images)Dicen que las comparaciones son odiosas, pero más lo son cuando esa supuesta rivalidad te enfrenta directamente con tu progenitor. “No estoy harto de que me comparen, estoy harto de que me pongan a competir con mi propia sangre. Eso es lo que me enfada. Me parece ridículo”, dijo enfadado en una entrevista para M80 Radio. Años más tarde, en una entrevista de Julio Iglesias en el programa Land Rober, el cantante habló de esta presunta enemistad: “Tengo una relación no fácil con Enrique porque él es muy personal… Es un chaval que no admite sugerencias de nada […] Probablemente, sea esa clase de chiquillos que pueden ser rebeldes con causa. Nunca fui un padre muy apegado a mis hijos. Estaba siempre viajando, no tuve ese tiempo necesario para estar más dentro de ellos”. En 2013, en la cima de la popularidad del artista, Anna y Enrique se compraron una de las mansiones más exclusivas de Miami, de 1.800 metros cuadrados y ubicada en Bay Point. Costó 20 millones de dólares, cuenta con pistas de tenis y hasta un embarcadero propio y el cantante mandó construir un muro de cinco metros de altura para estar a salvo de los flashes de los paparazis. Tal es el nivel de intimidad y secretismo en su relación que nadie supo que se iban a convertir en padres hasta el día del parto. En diciembre de 2017, nacían los mellizos Nicholas y Lucy; en 2020, nacería su tercera hija, Mary. “Ahora que tengo niños, que tengo bebés, me cuesta muchísimo viajar. Todo gira en torno a ellos”, afirmó en una entrevista en el programa Un nuevo día. Se habla de él, pero, la mayoría de veces, no por él. Otro de los capítulos que ha protagonizado en los últimos años es el de la relación que mantiene con sus hermanos: no acudió a la boda de Ana Boyer con Fernando Verdasco en 2017, ni a la de Tamara Falcó con Íñigo Onieva en 2023. Ambas con exclusiva de por medio en ¡Hola!. “Hablé con él, me contó que no le gustan estos encuentros sociales. Le dije que no era algo social y que viniera a la misa y, si quería, que se fuera después. Para mí este día es mucho más. No entendí sus motivos, pero lo respeto. Aunque puede subirse a un escenario y cantar delante de 50.000 personas, Enrique es muy tímido”, explicó la marquesa de Griñón en El Hormiguero. Sus motivos eran no aparecer en las páginas de la revista.Enrique Iglesias durante una actuación en Cannes, en 2016.NIVIERE/NMA2016/SIPA (NIVIERE/NMA2016/SIPA / Cordon Press)En lo que respecta a su carrera profesional, los últimos años han estado cargados de noticias. En 2023 comenzó junto a Pitbull y Ricky Martin The Trilogy Tour, una gira única en la que los tres artistas interpretaban sus canciones y que se extendió hasta 2024. Ese mismo año, el hijo de Isabel Preysler tomó la decisión de vender todo su catálogo musical, así como los derechos de su nombre y de su imagen. Aunque se sigue sin conocer el valor de la venta, fuentes cercanas al artista informaron que la cifra era superior a las “nueve cifras”, es decir, por encima de los 100 millones de dólares. Unos meses más tarde, en febrero, publicaría Final Vol. 2, su último disco y tras el que decidió retirarse de la composición de álbumes. No descarta publicar canciones y no se baja de los escenarios —tiene tres citas en lo que queda de 2025: Las Palmas (5 de julio), Sofía (20 de septiembre) y Abu Dabi (1 de noviembre)—. “El mundo de la música ha cambiado y ya no es necesario sacar discos en la forma en la que la concebíamos antes”, afirmó en una entrevista con la agencia Efe en marzo del año pasado. Su última visita a España fue el pasado mes de noviembre, cuando acudió por sorpresa a LOS40 Music Awards Santander, celebrados en Barcelona. Siempre discreto con su vida privada, quiso hablar de su etapa como padre: “Tengo unos gemelos de seis años y una niña de cuatro años, así que cada día que pasa crecen rapidísimo y quiero disfrutar. En 24 horas ya han crecido”. Añadió: “Estoy en plan relax, en casa con los niños, disfrutando de poder llevarlos al colegio, verlos crecer”. Y eso fue todo. Ni mención ni visita a su familia durante ese viaje. Enrique Iglesias es un personaje difícil de catalogar: un famoso de nacimiento que ha elegido alejarse de los focos, centrarse en su familia y no dar de qué hablar. Nada que ver con el resto de sus hermanos por parte de madre, que han escogido seguir el camino de la fama, la televisión y que han vendido sus vidas en portadas de revista. Hace tiempo que decidió que su camino no pasaba por los medios de comunicación, sino por disfrutar de su independencia.

Enrique Iglesias, el niño que creció siendo portada de revista cumple los 50 años alejado del foco | Gente
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