El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco empezará el miércoles 7 de mayo, según ha confirmado el Vaticano. Se trata de un día más allá de la primera fecha posible, el 6 de mayo, según ha aclarado este lunes la sala de prensa de la Santa Sede ―había dudas de si era el 5 o el 6―, lo que indica una voluntad de los cardenales de ampliar la discusión que mantienen estos días y tener más tiempo para debatir sobre el futuro de la Iglesia. Por tanto, ahora los purpurados disponen de nueve días para continuar sus conversaciones y sus asambleas. Si el cónclave dura lo mismo que las últimas tres veces, entre dos y tres días, el nuevo Papa sería elegido el 8 o el 9 de mayo. El Vaticano ya ha anunciado que hoy se cierra al público la Capilla Sixtina, el lugar donde tiene lugar la elección.La decisión ha sido tomada por el colegio cardenalicio en la quinta congregación general, celebrada esta mañana a partir de las 9.00 y que ha durado tres horas y media. Estas reuniones, que sirven para preparar el cónclave y donde los purpurados intervienen libremente para expresar sus opiniones, son decisivas para debatir el rumbo que debe tomar la Iglesia y qué perfil debería tener el nuevo pontífice.Tras el funeral del papa Francisco el sábado, esta semana supone la recta final para la elección de su sucesor y por eso se esperaba que ya este lunes los cardenales empezaran por aclarar la cuestión más básica, la fecha del cónclave. Según la normativa vaticana de la sede vacante, actualizada por Juan Pablo II en 1996, debe comenzar no antes de 15 días tras la muerte del pontífice, ni más tarde de 20 días. Jorge Mario Bergoglio falleció el pasado 21 de abril, lo que colocaba la horquilla entre el 6 y el 10 de mayo. No obstante, era una norma pensada para otros tiempos, cuando los desplazamientos requerían muchos días para los cardenales que tienen que llegar de los países más lejanos —esta vez, el que hace el viaje más largo es el cardenal Dew, de Wellington, Nueva Zelanda, con un trayecto de unas 40 horas y varias escalas aéreas—. Sin embargo, una disposición añadida por Benedicto XVI en 2013, poco antes de dimitir, permite adelantar la entrada en la Capilla Sixtina si ya están en Roma todos los cardenales con derecho a voto. En este caso no ha sido así.Pese a la posibilidad de adelantar el cónclave, lo cierto es que tampoco había mucho margen para hacerlo, pues los novendiali (del latín novem dies), los nueve días de luto tras las exequias, celebradas el sábado, se extienden hasta el próximo domingo 4 de mayo. Ese día tendrá lugar la última misa en recuerdo de Francisco, a las cinco de la tarde, oficiada por el cardinal francés Dominique Mamberti, protodiácono del colegio de cardinales.En este momento los cardenales electores ―con menos de 80 años― son 134, de un total de 135. La semana pasada se manejaba la cifra de 133, porque había dos renuncias por enfermedad, la del español Antonio Cañizares y el bosnio Vinko Puljic. Sin embargo, la archidiócesis de Sarajevo ha anunciado que Puljic se ha recuperado y los médicos le han dado permiso para viajar a Roma. Para el cardenal bosnio, de 79 años, será su tercer cónclave, pues ya participó en los de 2005 y 2013.La sala de prensa del Vaticano ha precisado que este lunes han participado en la congregación general “más de 180″ de los 252 cardenales, y entre ellos eran electores “poco más de 100″. Es decir, aún no han llegado a Roma una treintena de quienes elegirán al nuevo Papa. Aún no hay decisión sobre el conflicto del cardenal BecciuTambién, a preguntas de los periodistas, el director de la sala de prensa, Matteo Bruni, ha confirmado que la asamblea ha abordado este lunes el conflicto del cardenal italiano Angelo Becciu, “pero no ha habido ninguna resolución”. Se trata del prelado, condenado por fraude en un tribunal vaticano en 2023, al que el Papa despojó de sus prerrogativas como cardenal, entre ellas, la de participar en el cónclave. Sin embargo, Becciu sostiene que tiene derecho a ello y que incluso Francisco le dio permiso antes de morir, pero verbalmente. Medios italianos han asegurado que, por el contrario, en la reunión del jueves el secretario de Estado, Pietro Parolin, reveló que el Pontífice había dejado dos documentos firmados que ratifican la prohibición. Es un problema canónico que preocupa a los cardenales, por el ruido que está haciendo y por si después se impugna la validez del cónclave. “Hay sufrimiento” por la cuestión, ha confirmado hoy al entrar en la asamblea el cardenal italiano Fernando Filoni. Becciu participa en las congregaciones generales porque a estas asambleas están invitados todos los purpurados, tanto los que entrarán en el cónclave como los mayores de 80 años que se quedarán fuera, que son 117. En realidad, al funeral del sábado asistieron ya 220 cardenales, señal de que la gran mayoría ya está en Roma.Con la fecha del cónclave ya fijada en el calendario, las congregaciones generales cobran ahora definitivamente una intensidad que no tenían la semana pasada. Es estos días cuando se decide el nuevo Papa y se forjan los candidatos finales, porque a la Capilla Sixtina solo se entra para votar, dos veces por la mañana y dos por la tarde. Los últimos dos cónclaves, en 2005 y 2013, apenas duraron 24 horas, con 4 y 5 votaciones respectivamente, pero en esta ocasión no se descarta que sea más largo, dada la desorientación del colegio cardenalicio: es el cónclave más numeroso de la historia, con 133 purpurados; el más internacional, con representantes de 71 países que no se conocen bien entre ellos; y además el pontificado de Bergoglio ha dejado una gran división interna. Los cardenales entran en el cónclave por la tarde para una primera votación, que es decisiva, pues hace la primera fotografía de la situación y permite contar los apoyos reales de cada candidato. Por esa razón, la primera noche es uno de los momentos clave de la elección, pues se concretan los movimientos de votos que pueden desatascar el escrutinio. En 2005 y 2013 se resolvió al día siguiente. En 1978, cuando fue elegido Juan Pablo II, los dos bloques principales, progresistas y conservadores, chocaron sin solución y hubo que buscar un candidato alternativo de consenso. Por eso el cónclave duró más y requirió 8 votaciones. Esta vez el escenario hace pensar en una elección parecida y, quizá, una sorpresa similar.

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