Pablo, interpretado por el argentino Joaquín Furriel, es un profesor universitario casado y con dos hijos. Comienza un romance secreto con una estudiante, sin imaginar las consecuencias. Al mismo tiempo, Natalia, en la piel de la mexicana Marina de Tavira, es también una profesora universitaria, casada y con dos hijas, quien se lanza a un romance secreto con un estudiante. Dos historias que se intercalan y reflejan; una protagonizada por un hombre, la otra por una mujer. Bajo esta premisa se presenta El aroma del pasto recién cortado, de la directora Celina Murga y producida por el realizador estadounidense Martin Scorsese, un relato sobre amor, deseo y relaciones familiares desde una óptica femenina y masculina, que se proyecta en la Cineteca de Ciudad de México desde el 4 de abril.La película, que ha sido presentada en diversos festivales cinematográficos internacionales como San Sebastián, Tribeca donde recibió el premio al mejor guion, y Biarritz Amérique Latine, donde fue galardonada con el Premio del Jurado en 2024, se cuestiona, ¿por qué no contar una historia que tenga el mismo recorrido, pero que cambia en relación a la particularidad de cada género? ¿Cómo se pone en juego el afuera, la mirada de los otros?“La película surge de la necesidad de repensarnos en relación a los vínculos y en relación a qué se espera de cada género en función de los roles de padre, madre y pareja. Y esto nos llevó a preguntarnos sobre la idea de familia y matrimonio”, comentó Murga sobre el filme.La idea, según cuenta Murga a través de una videollamada, nace en 2017. En medio de la polarización en Argentina, de donde es oriunda la directora, alrededor del debate por la legalización del aborto, seguro y gratuito. Fue en medio de ese ambiente que se puso sobre la mesa una historia con zonas de matices en relación a los géneros. “A veces las luchas necesitan que los péndulos se extremen y está bien. En ese contexto, a veces pasaba que esa polarización se daba en un montón de aspectos de la vida interpersonal y nos interesaba habilitar una zona de grises que nos permitiera discutir otras cuestiones”, complementa la realizadora.De Tavira, que conversó con la prensa en la proyección de la película antes del estreno, afirma que se aproximó a su personaje desde una perspectiva naturalista, que le permitió trabajar con su propia experiencia de la madurez, de la maternidad, de la separación y que también le permitió extrapolar desde su vasta experiencia en el teatro, empezando por Traición, del dramaturgo Harold Pinter, que, a su parecer, es “una de las obras más espectacularmente escritas en la literatura teatral universal” que aborda este tema de la infidelidad en la pareja.“Creo que también se ha ido cambiando nuestra perspectiva sobre ese asunto [la infidelidad] a través de las nuevas generaciones, que tienen totalmente otra perspectiva. Siento que la película aborda la temática como la vida en su cotidianidad más tremenda. Los que hemos experimentado relaciones largas, la maternidad dentro de la pareja, la paternidad, todo eso está puesto ahí. Siento que Celina no lo retrata como el gran drama de la infidelidad”, afirma De Tavira.Sobre lo anterior, la actriz mexicana hace hincapié también sobre cómo afecta el tiempo a las relaciones. “Diría que no solo se trata de una cuestión de infidelidad, sino de qué pasa con la relación en el tiempo, qué pasa con la sexualidad, con la sensación de sentirte nuevamente deseado y deseada de nuevo de esa manera como la primera vez. Claro que no es un tema nuevo, hay muchísimo cine, literatura y teatro que lo abordan, pero no me parece que eso no impide que lo abordemos una vez más e intentar buscar otras preguntas”, complementa.Ni de Tavira o Furriel, a pesar de ser los protagonistas de ambos relatos en la película, se cruzaron en ningún momento de la grabación. Para cada uno de ellos fue algo sorprendente el poder ver la interpretación de su similar y cómo su personaje aborda las mismas situaciones, pero desde otra óptica.“Pocas veces uno tiene la posibilidad de ser espectador de una experiencia así. Luego de que terminaste de filmar, en la postproducción aparecen un montón de elementos nuevos. Hay un montón de trabajo que hace que tu interpretación se sienta lo mismo, pero mantienes lo vivido en el rodaje y la atmósfera. En este caso toda la historia de Marina yo la descubrí como espectador con el aditivo de que yo estaba ahí mezclándome con la historia de ella, o sea, mi trabajo, mi personaje. Entonces, disfruté mucho de esa experiencia”, dice Furriel a través de una videollamada.De Tavira admite que también, el mismo proceso de Furriel, fue revelador e interesante. “Ya no estaba viendo a Natalia [su personaje] y también estaba haciendo reflexiones al verla, sobre mis cosas que yo misma he normalizado cómo es estar dentro del cuerpo de una mujer de mi edad y aprendí mucho también de cómo es ser un hombre de esa edad, viendo Joaquín. Ya ni siquiera eran los personajes. Para mí fue una experiencia reveladora como mujer, como persona”, añade.El aroma del pasto recién cortado es la tercera película de Murga que es producida por el reconocido director estadounidense Martin Scorsese. La relación entre ambos comenzó en 2008, cuando la Fundación Rolex le otorgó una beca a jóvenes artistas. El realizador de Casino eligió a la también guionista argentina y terminó produciendo La tercera orilla, su primera colaboración entre los dos.“En cada película fue un poco diferente, pero es una persona básicamente muy generosa que, a pesar de ser quién es y ocupar el lugar en la historia del cine que ocupa, no se ha olvidado de lo que implica empezar a hacer cine o hacer cine desde países más periféricos. Valora mucho el cine como elemento cultural que expresa la identidad de los países. Ha sido una relación que se construyó como un diálogo intergeneracional muy enriquecedor y muy atravesado por la pasión por el cine y por la cinefilia”, finaliza Murga.

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